Laksmi, diosa hindú de la buena fortuna y la abundancia, del amor y la belleza, de la flor de loto y la fertilidad, muy adorada en la India. Ella garantiza el bienestar y la prosperidad a los humanos en la tierra y la obtención de abundancia tanto material como espiritual. Laksmi es la encarnación de la belleza, gracia y encanto. Su nombre es equivalente a la riqueza material, y también se deriva de la palabra sánscrita que significa meta. Ella representa la meta vital de todo ser: la prosperidad espiritual y material. Los altares dedicados a Laksmi están cargados de aceite, leche y flores, ya que es voluble y se deja convencer fácilmente por los apasionados devotos, con tiernas palabras y ofrendas suntuosas.
En un principio la diosa Laksmi se llamaba Sri y era una manifestación de Devi-sakti, el principio sexual que, gracias a sus esfuerzos, generó el universo. Laksmi es la representación de la fémina universal que permaneció sobre una flor de loto durante la creación. Se unió a los dioses después de que el océano primordial se agitara para conseguir el elixir que apartaría el mal del mundo. Se elevó en medio de la espuma, los ríos cambiaron de curso para fluir hacia ella y los elefantes celestriales recogieron las olas para asearla. Al surgir hermosísima de las aguas oceánicas se la compara con Afrodita. Hoy en día se la adora más como Mata-Laksmi o diosa madre, que cuida y protege, a la vez que atiende los llamados de sus devotos.
En el momento que surgió hacia la tierra, la diosa escogió a Visnú como su compañero eterno, tanto de las generaciones precedentes como de las sucesivas, ya que era el único que podía detener a Maya, la ilusión. Por ello se dice que en la encarnación de Visnú como Rama, ella encarnó en Sita, su esposa. En la encarnación de Visnú como Krishna, Laksmi encarnó como Raddha. La poesía hindú con mayor carga erótica narra la historia de Raddha, una mujer casada que sentía una pasión desbordante por Krisna, y se aleja a escondidas de su marido mortal para reunirse con él. Estos poemas se refleja el carácter voluble de la diosa y el gran amor que sentía por su esposo inmortal. Como consorte de Visnú, ella representa el lado activo y la energía femenina del Ser Supremo.
Durante el año nuevo hindú -la festividad de Diwali- se rinde el mayor homenaje a Laksmi. Esta es una fecha en que las familias encienden lámparas con la esperanza de que la diosa visite sus hogares. Las lámpares son de terracota y tienen dentro aceite comestrible o mantequilla líquida y rodean casas y tiendas o en lagos donde flotan. En algunas regiones de la India vuelan atadas a los hilos de las cometas.
La iconografía la representa como una bella y sonriente mujer Luce muchas joyas y tiene la piel clara y dorada. Sus hermosas vestiduras rojas y doradas representan actividad y prosperidad. Usualmente se la representa con cuatro brazos: al lado derecho uno sostiene una flor de loto y con el otro reparte bendiciones; al lado izquierdo uno reparte monedas y el otro un loto. Su asociación con los lotos se refiere a la pureza y el poder espiritual. Sus cuatro brazos simbolizan los cuatro fines que se deben buscar en la vida humana: dharma (justicia), kama (deseos genuinos), artha (abundancia), and moksha (liberación del ciclo de reencarnación).
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