sábado, 26 de febrero de 2011

Historia del Unicornio


EL LIBRO DE LA GENERACIÓN

El Primer Unicornio

Llegó envuelto en una nube, impulsado por un blanco torbellino. Descendió con suavidad desde los cielos a los campos infantiles de la Tierra, aun antes que sus fuegos iniciales se hubieran extinguido. Posee entonces el Unicornio el brillo de la Luz, y puede apartar de sí toda oscuridad, toda tiniebla. Se lo llamó Asallam, el primer Unicornio de los nacidos, creatura de conformación temible y para contemplar hermosa, dotado de un cuerno de luz en espiral.
Golpeó entonces Asallam una roca desnuda, con su cuerno la penetró hasta grande hondura, y brotó una fuente de vida borboteante. Los fuegos se extinguían doquiera fluían esas aguas y empezaba la Tierra a fecundarse con multitud de cosas muy fructíferas. Se alzaron grandes árboles, florecieron; y bajo su sombra se instalaron las bestias salvajes y domésticas. Todo esto era intención de Dios, y el Unicornio, el instrumento de su querer. De este modo se formo el Jardín del Unicornio, llamado Shamagim, que quiere decir Lugar donde hay Agua.
Dios se dirigió entonces al Unicornio diciendo: "¡Asallam! Tú sólo serás, entre todas mis creaciones, quien recuerde la ocasión y el modo de su hechura, y vivirás en permanente memoria de la Luz, para ser su conductor y su guardián. Pero jamás volverás a la Luz hasta la hora final del Fin del Tiempo". Y el Unicornio, maravillado, vivió en su jardín y fue caminando hacia afuera.


El Cuerno del Unicornio y su Misterio 

El Cuerno es aun mas antiguo que su base. Ha sobrevivido al fuego y a las inundaciones, y soportado el tacto de reyes y de santos. Es un talismán de poder soberano que incluso puede atraer al Unicornio viviente. Pero esta es su advertencia: su fuerza y virtud solo se pueden activar por obra de su verdadero propietario. Su luz disminuirá hasta extinguirse si está en manos de otro.
En el Cuerno reside la historia total del Unicornio. Su forma es una espiral: las dos mitades, o flautas, se enlazan entre sí. En su juventud –o como mida el tiempo el Unicornio- el aspecto del Cuerno es suave y simple. Las flautas, apretadas como hilos de una cuerda, manifiestan cierta energía vibrante y compacta. 




A medida que el Unicornio va viviendo, el Cuerno experimenta una transformación notable; las espiral se alarga retorciéndose sutilmente.
Esto ilustra bien la índole viviente del Cuerno. En la plenitud de sus años, los giros del cuerno de esta creatura son aún mas relajados. Ya de edad muy avanzada, el Cuerno adquiere surcos y grietas que son el grabado signo de las lecciones que ha experimentado.
El Unicornio parece considerar su Cuerno como el recipiente o el cauce de sus pensamientos, o quizás como el órgano de un sentido innato.
La duración del Unicornio sobre la Tierra es mucho mayor que la del Hombre. Pero esta sujeto, como todo lo creado, al Tiempo, a la edad, a la final disolución.
Lo hermoso del Hombre está sujeto a decadencia: cada año deja su huella, hasta que el cuerpo mortal termina en polvo. No así el Unicornio: los años incontables no afectan a su belleza: su crepúsculo es tan bello como su alborada. Pero cuando muere, al fin, perece todo y de una vez; ya no se lo ve en dimensión alguna hasta el fin del tiempo. Su partida deja, sin embargo, monumental recuerdo: su fuerza y virtud mortíferas.
Solo de este modo se puede obtener un cuerno, pues no existe brazo fuerte ni red de brujería que pueda arrancar el asta espiralada de su viviente dueño.
Así pues, de todos los aspectos del Unicornio el que mas impresión causa en la mente del Hombre es el Cuerno, espiralado, solitario, grande y poderoso. Y así debe ser, pues el asta es su talismán y su marca distintiva. En ella se concentra su fortaleza, sabiduría y sutil entendimiento. El Cuerno es exterior y visible, pero también es la forma mística e inasible de esta criatura.
El Cuerno no esta inclinado ni hacia atrás ni hacia adelante; recto, se alza directamente de la frente de la creatura, poco mas arriba de los ojos.
De tonalidad brillante y mas blanca que la nieve, mas suave que le marfil, vibra de vida, sin embargo, aún mas que la carne mortal; abriga sentidos de muy largo aliento. Ocupa al mismo tiempo esta y otras dimensiones, y por ello es capaz de penetrar cualquier sustancia.
En horas de peligro o de prolongada concentración, el Cuerno puede exhalar cierto brillo o un suave resplandor.
Aunque son muchos los años del Unicornio, tienen no obstante un límite, pues cuanto existe en el Tiempo debe el Tiempo deshacerlo. Pero cuando finalmente le llega la muerte, su forma externa no se corrompe. Tal cual la madera entrega su fuerza a las llamas y solo deja atrás las cenizas, así también el espíritu de la creatura libera cuanto elemento alguna vez fue su vestido; el viento los esparce.
Pero el Cuerno espiralado permanece; soberano, adamantino, se transmuta a través de las edades en diversas y ajenas formaciones.


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